lunes, 29 de marzo de 2010

Néstor Kirchner, el semillón y la fondue que no fue

Faltaban 10 días para que el 25 de mayo de 2003 Néstor Kirchner asumiera en la presidencia… pará, sí, estás pensando qué tiene esto que ver con “Tierra de Vinos”, dejame que siga.
Faltaban 10 días para que el 25 de mayo de 2003 Néstor Kirchner asumiera en la presidencia cuando Clarín publicó una nota titulada “De la pizza con champán a la fondue con semillón”
Es que habían decidido plantear el cambio de modelo también desde el punto de vista de la gastronomía y el vino.
Los autores de la nota escribían “Se acaba el tiempo de la pizza con champagne y empieza otro. ¿Será el de la fondue con semillón?”
La nota sigue: “¿Por qué la fondue? Porque aunque suena a bacana, en realidad nació en Suiza como comida popular; era un rejunte de las sobras de los quesos. Se conoce que Néstor Kirchner tiene sus raíces por aquellos pagos. Y sienta bien para el frío patagónico, acompañado, según el olfato de Sabatino Arias, con un vino blanco semillón, que en el sur logra su mejor perfomance y que, para el caso, también puede acompañar la exquisita trucha”.
“No hay que subestimar el lenguaje de los sabores. Puede ocultar la cepa del futuro Presidente”, nos advertían en Clarín.
El semillón de Kirchner era el vino que se tomaba en los boliches con mostrador de estaño, aunque entonces no tenía crianza. Hoy (a decir verdad hablan del 2003) es un vino distinguido, el elegido por los conocedores, aunque no tan popular.
El semillón patagónico es "especialmente expresivo, corpóreo, con mucha memoria, porque el sabor queda en la boca".
Claro que en el lenguaje de los sabores políticos quienes escribieron la nota para Clarín se fueron a marzo. Kirchner no popularizó la fondue, sino el cordero, que va mejor con un tinto que con un semillón, pero esa es otra historia.

Parte de uno de las textos que leí en mi primer programa al frente de "Tierra de Vinos" por Estación Diez (97.1 Mhz).

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