sábado, 29 de agosto de 2009

Un acto heroico que justifique el castigo

"La torre de babel nos dice a nosotros, arquitectos, que construimos con el significado y a través del significado con palabras y a través de las palabras. La confusión no es tanto un obstáculo que aparece al final, sino la materia misma con la que construimos nuestras torres. Los mitos nos ayudan sólo cuando podemos invertirlos. Todos somos como Prometeo, castigados; debemos encontrar entonces aquel acto heroico que justifique el castigo. Debemos partir del final del mito para ir hacia el principio, hasta encontrar la ambición extrema que haga justa la condena".

“La sexta lámpara”, Pablo De Santis, pág. 89.

lunes, 24 de agosto de 2009

Flores

Si vas a Zagreb
y querés comprar flores,
estirá tu dedo índice,
elegí las que más te gusten
y decí "Cvitanich".
No dejes que se te escape
esa chica croata.

jueves, 20 de agosto de 2009

Cromañón

En “Rant, la vida de un asesino”, Chuck Palahniuk le hace decir a uno de sus personajes (Green Taylor Simms): “No quiero ser demasiado moralista, pero a veces la muerte de una sola persona puede justificar la muerte de una cultura entera”.

La muerte de 194 pibes, la muerte de 11 de sus padres, tanto dolor, ¿significarán la muerte de una cultura? ¿Esas muertes cambiaron o cambiarán algo? O como ayer nos dijo Eduardo Fabregat, entrevistado en “Con Dios y con el Diablo”, “Cromañón no es pasado, Cromañón sigue sucediendo”.

jueves, 13 de agosto de 2009

La vaca voladora

Desde hace años me persigue una historia. Una de esas historias que posiblemente nadie recuerde, pero que yo nunca olvidé. Una de esas historias que no encontraba un lugar en dónde plasmarla, hasta que apareció la revista Leche y me la pidieron para un número especial hace un tiempo.
Fue la excusa perfecta.
En cierto mar cuyo nombre prefiero no recordar, se produjo uno de los naufragios más extraños que se recuerden.
Era una tarde tranquila en un pesquero japonés que rapiñaba el fondo del mar. De repente, el cielo comenzó a oscurecerse de a poco, los nipones que estaban en cubierta ofrecieron sus rasgados ojos al cielo, pero antes de que alcanzaran a ver algo, sintieron que el piso se abría y el mar empezaba a lengüetearles los pies.
Del susto pasaron sin escala a la sorpresa, al descubrir que lo que había hecho blanco en el pesquero era nada más y nada menos que una vaca.
Si bien se desconoce la raza del vacuno (que, obviamente, no sobrevivió a la caída), se sabe que tuvo más efectividad que un misil aire-mar. Los 700 kilos de asado, churrasco, vacío, costeleta, marucha, etc., hirieron de muerte al barco que ahora “duerme con los peces” (El Padrino dixit).
Cuando fueron rescatados por un barco patrulla ruso, los pescadores japoneses cargaron con ellos su asombro y sus bártulos, pero también la desconfianza. Tras narrar la increíble historia de la vaca voladora, nadie les creyó y fueron detenidos.
Todo relato tiene sus pliegues y este no es la excepción. Una de las versiones indica que un grupo de paisanos, enojados por la mezquindad de cierto estanciero (que ahora tal vez se esté quedando con buena parte de la Patagonia mientras ustedes pierden el tiempo leyendo esta nota), contrataron a un aviador para que robe la res.
La otra historia señala como culpable a un grupo de soldados rusos que, para completar sus magros sueldos, se dedicaban a robar ganado y a transportarlo por avión.
En ambos casos el final es el mismo.
La vaca tenía miedo a las alturas y se puso loca. Para evitar un accidente, la invitaron a saltar sin paracaídas. Con tanta mala suerte o, si se prefiere reivindicar al ejército ruso, con tanta puntería, que el animal dio con toda su vacunidad en el casco del pesquero, mandándolo a pique.
Cuando se les pasó el calambre estomacal por el ataque de risa ante la versión de los japoneses, las autoridades comprobaron la veracidad de los hechos y liberaron a los pescadores, quienes se quedaron sin barco, pero con una historia para contarles a sus nietos.
La noticia del insólito bombardeo vacuno y el posterior naufragio fue publicada en el diario moscovita Komsomolskaja Prawda (¡no saben lo que me costó leerla en ruso!), ahora llega a ustedes, compañeros de aventuras lácteas.
La historia está escrita y yo conjuré el viejo y fiel fantasma que me acompañaba desde hace años.
No me queda más que rendir el merecido homenaje a esa vaca voladora que cruzó el aire salino para convertirse en albóndiga contra un pesquero, a ese misil de carne que, lejos de la edulcorada fama de la vaca de Milka, se volvió leyenda en un salto al vacío (al horno con papas).

miércoles, 12 de agosto de 2009

Pinche luchador

"Cuando un luchador pierde su máscara en legítima contienda jamás puede volver a usarla y de ahí en más combate a cara descubierta, apostando su “cabellera”, tal el nombre de los luchadores que han sufrido esa desgracia. De ahí que el clímax dramático de la lucha mexicana sobrevenga cuando un gladiador aplica una llave paralizante a su adversario y comienza a desprenderle los cordones que sujetan su preciada careta. Lo que está en juego es mucho más que una derrota: es el deshonor de perder la propia identidad".
El resto de la nota está acá por gentileza del lector de Ruta León.

Nuestro más sentido pésame...

Salió acá.

viernes, 7 de agosto de 2009

Sacate la mierda (una pequeña mirada sobre "Slumdog Millionaire")

Hace poco vi Slumdog millionarie. Me gustó una parte en la que Jamal, el protagonista, es apenas un niño y con su hermano le cobran el uso del baño a sus vecinos.
Uno de ellos llega con ganas de despedir a un amigo del interior, por decirlo de una manera elegante, pero Jamal está ocupando ese roñoso cubículo, agachado sobre el pozo de la inmundicia.
Su hermano lo apura, pero Jamal no se hace cargo. El cliente frustrado le da un correctivo a Salim y se lleva su apuro a otra parte.
A Salim le brilla la malicia cuando el cielo se llena con el sonido del helicóptero que lleva a Amitabh Bachchan, el ídolo popular hindú, una cruza de Palito Ortega con los superagentes Tiburón, Delfín y Mojarrita. Un semidios que baja a la tierra de los desheredados.
En venganza porque Jamal no le cedió la letrina, le traba la puerta para que no pueda ver a Amitabh Bachchan.
Jamal empuja desesperado. Busca otra salida hasta que se da cuenta de que lo único que puede hacer es dejarse caer sobre la mierda.
Mira la foto de su ídolo, se convence de que tiene que hacerlo, se tapa la nariz, estira la mano con la imagen de Amitabh Bachchan y se deja caer por el pozo hacia el pantano de mierda de los pobres.
Jamal emerge como de un bautismo con la foto indemne. Corre todo enmierdado, gritando el nombre de su objeto de deseo.
La gente rodea al actor. Los agentes de seguridad los separan. Jamal empieza a ganar lugar a fuerza de olor, es como un Moisés de mierda que separa las aguas del mar Rojo.
Levanta la vista y lo tiene ahí, a nada, ofrece la foto y pide un autógrafo. Amitabh Bachchan se toma a si mismo en papel, firma y devuelve la foto. Jamal mira sin poder creerlo, alza el puño y eleva su conquista al cielo.

Moraleja: para conseguir lo que querés a veces tenés que hundirte en la mierda.

lunes, 3 de agosto de 2009

Epígrafe de "La peste"

"Tan razonable como representar una prisión de cierto género por otra diferente es representar algo que existe realmente por algo que no existe", Daniel Defoe.

Epígrafe de "La peste" de Albert Camus, un colega... los dos somos arqueros, pero no vivimos de eso.