miércoles, 8 de octubre de 2008

La contadora de muertos

El otro día me enteré que mi novia era una contadora de muertos.
No es que cubra en la sección Deportes la actualidad de River o de Boca, tampoco que haya cambiado el periodismo por una pasantía en la morgue más cercana, ni siquiera es que se haya convertido en una asesina serial sin mi consentimiento.
En realidad, entre las múltiples cosas que tiene que hacer en la página web del diario en el que trabaja, le toca actualizar la lista de muertos en accidentes de tránsito.
Resultó que lo hacía desde hace bastante tiempo, de hecho, el contador de muertos en Río Negro y Neuquén ya marca 110 cadáveres (entre víctimas y victimarios), pero yo no lo sabía.
Me agarró una súbita alegría al enterarme. Orgulloso y emocionado, la abracé antes de que saliera para el trabajo como si en eso se me fuera la vida.
La sonrisa me duró un buen rato, aunque no estoy seguro a qué se debió esa repentina felicidad.
Tal vez a que sentí que de alguna manera, al ser la encargada de numerar la muerte, de esa forma podría llegar a controlarla. Podría ella apretar el freno (que otros no pisaron) cuando quisiera.
O al menos estaría en condiciones de mutar la tragedia en guarismo, el sufrimiento en estadística, podría someter el dolor a la frialdad del índice, transformar la sangre en tinta roja.
Ya pasaron varios días desde la revelación.
Mi novia sigue siendo la contadora de muertos, pero a mí ya no me alegra tanto.
Mientras ella sigue llevando la contabilidad de los finales repetidos, la vida (y la muerte) se desentienden de los números. La tragedia no sabe de las manipulaciones de la estadística, el sufrimiento se derrama y lastima como los barcos petroleros cuando sangran y el dolor se caga en los promedios y es un mundo.
111.

3 comentarios:

Estrella dijo...

Como si hubiera conjura posible. Pero mejor así, dicen ahora (toda una novedad) que lo que uno cree finalmente se hace realidad. Con probar nada se pierde.

Más allá de esto, me gustó este post, original, inteligente.

emd dijo...

Ojo! Que no te mate cuando necesite redondear.

Conjuro dijo...

Gracias por pasar. Y sí, espero que a la hora de redondear elija los caramelos y no pase por encima en un 1114.