jueves, 24 de abril de 2008

Un mal viaje

Si el viajar es un placer… ¿por qué no les avisan a las empresas de transporte?
Todo comienza cuando hay 46 asientos y justo el que no se reclina es el tuyo. Vos tratás de calmarte y no darle bola.
Parece que la suerte cambia cuando por el pasillo/pasarela una belleza parece desfilar hacia vos. De pronto gira para el otro lado del pasillo y le dice a un mastodonte de 1,90 y 133 kilos “me parece que ese es mi asiento” y lo manda a que te comprima contra la ventanilla.
La película a todo volumen -que parece elegida por tu abuela- termina y cuando estás por suspirar arranca la música.
Aquel que haya viajado alguna vez en colectivo sabe del refinado gusto musical de los choferes. Entre los más grandes va de los Pimpinela a José Vélez pasando por Dyango, mientras que los más jóvenes disfrutan de aputasadores del folklore como Los Nocheros y Luciano Pereyra.
A falta de un trago para calmarte, buena es una infusión. En el bamboleo te das la cabeza contra el televisor, pero alcanzás a llegar al eufemístico bar. Con algo de suerte volvés zarandeado por el pasillo y te sentás a gozar de ese café hirviente, cochinamente dulce, asquerosamente adictivo.
De almuerzo te traen un sánguche marchito con mayonesa de dudosa procedencia y una gelatina que tiembla más que vos la primera vez que fuiste preso.
Encima la chica de atrás se descuida por un segundo, la mamadera cae al suelo y la leche caliente se empieza a escurrir por las ranuras del piso de un extremo al otro de colectivo.
Reprimís las ganas de vomitar cuando escuchás que llegaron a destino. Bajás medio descompuesto y te topás con el auxiliar de a bordo (que en su vida auxilió a alguien), quien, con una sonrisa más falsa que político en campaña, te dice “espero que haya disfrutado el viaje”.

5 comentarios:

DiegoS dijo...

el hecho de vivir en la loma del orto, me ha hecho un especialista en varios medios medios de transportes y puedo corroborar tus dichos. Jose Luis Perales, Rocio Juarado, Dyango y otros "románticos en castellano", al parecer se los regalan en el sindicato.

AleLo dijo...

jajajjaj bueno lo peor que me pasó viajando en la argentina fue una santa señora que viajaba con un bebe que lloró hasta quedarse afónico.
En Bolivia se me sentó una cholita con un cerdo (ambos olian parecidos) aunque el cerdo era más simpático!
Besososososososo

emd dijo...

Es una muy buena descripción de lo que significa viajar en micro. Es terrible!!!

Nunca viajes por Andesmar y por TAC de lo peor.

pepperina. dijo...

Colectivos eran lo de antes, cuando era chica viajaba hasta Córdoba escuchando Perales y Sergio Denis, las últimas veces que viaje a Córdoba fueron con marcha o reggeatones en dvd´s.
Cuando me subo al bondi, los viajes de 4 horas, que en auto se pueden hacer en dos, se convierten en partos de 6 horitas promedio.
Agradecé che, al menos te dan de comer. A mi ya ni alfajores.
El viajar no es un placer, pero todas estas cosas hacen que la llegada sea aún más gratificante.
Bon voyage!

Anónimo dijo...

vamos genteeee!!! no hay nada mas maravilloso q esas magicas horas en las q estas arriba del micro... no importan el punto de partida ni el de llegada.. el tiempo se suspende mientras viajo y yo soy feliz.. mi refujio contra casi todo es un mp3 con la musica q calma mi fiera interior.. los muchachos de ALBUS tienen predileccion por marco antonio solis... jaja